El propio Lorber describe así su experiencia: «En lo que se refiere a la palabra interior, pues como tal se percibe, sólo puedo decir que, en lo que a mí se refiere, percibo la palabra santa del Señor alrededor del corazón como un pensamiento de extraordinaria claridad, luz y pureza, como si fueran palabras pronunciadas. Nadie, por muy cerca que se halle de mí, puede escuchar ni el más mínimo susurro de una voz. Para mí, sin embargo, esa voz interior suena más clara que cualquier otro tono concreto audible».
La primera vez que escuchó la voz ésta le ordenó: «¡Toma tu lápiz y escribe!», y eso es lo que Lorber hizo. Lo que aquella voz le dictó iba a convertirse en una gran obra, un total de 25 libros y muchos otros escritos más cortos. A ello debe el apelativo que se le dio: «escriba del Señor».
Ciencia para el siglo venidero
Los escritos de la voz interior no reportaron a Lorber ningún tipo
de riqueza. Al contrario, llevó una vida bastante miserable. Sus
manuscritos originales existen todavía y en ellos se puede apreciar que
jamás corrigió o modificó nada.
La voz no sólo le dictó textos religiosos, sino también otros relacionados con las ciencias naturales, que contienen conocimientos que en el siglo XIX eran todavía desconocidos. Estos escritos, así se les dijo, no estaban pensados para la sociedad de su siglo, sino para la del siguiente. Hoy está comprobado que los textos también contienen algunos errores, lo que no parece avalar que un Dios omnisciente fuera la fuente de esas palabras.
Gran importancia tuvieron, y siguen teniendo en la actualidad, los escritos religiosos, que son considerados por los seguidores de Lorber (Movimiento Lorber) como la «Nueva Revelación».
La obra más extensa y conocida es El gran evangelio de Juan, con diez volúmenes, que complementa el Evangelio de san Juan y explica cómo ha de entenderse. En los escritos de Lorber se encuentran también pasajes detallados acerca de la importancia del ángel caído Lucifer.
De acuerdo con ellos, él fue el primer ángel que Dios creó. Posteriormente, Lucifer creó a todos los demás ángeles. Después de que Lucifer se rebelase, Dios no quiso extinguirlo, pues en última instancia esto hubiese significado acabar también con todos los ángeles que él había creado, incluidos los que eran fieles a Dios.
Por este motivo, Dios eligió otro camino: creó el mundo material. Éste sólo existe con el objeto de que Lucifer y todos los ángeles caídos tengan la posibilidad de volver de nuevo a Dios por su propia voluntad.
El mundo terrenal, una vía indirecta hacia Dios
La voz interior le dictó a Lorber en este sentido lo siguiente: «A
este fin fue creado el mundo material. En él, los espíritus han sido
envueltos en la materia según el grado de su malevolencia, y se ha
suspendido el combate, la tentación y el sufrimiento; en primer lugar,
para que los efectos que obran sobre ellos les hagan reconocer poco a
poco sus propios fallos y, en segundo lugar, para preparar así su
regreso voluntario.
Toda la creación visible se compone únicamente de partículas del gran espíritu caído y cautivo en la materia de Lucifer y sus seguidores. Yo os digo que jamás hubiese creado ni una Tierra ni un Sol ni cualquier otra cosa material si él hubiese sido sumiso».
Un día, por la vía indirecta del mundo material, todos los ángeles caídos emprenderán su camino de regreso a Dios. Cuando esto suceda, el mundo habrá cumplido su función y dejará de existir: Ya «no orbitarán en el espacio infinito ningún Sol material ni ninguna Tierra material, sino que por doquier una nueva creación espiritual y excelsa con seres dichosos y libres colmará el espacio infinito». Esta situación se prolongará eternamente.
Si quieres llamar gratis, desde cualquier parte del mundo, puedes utilizar Skype. Sólo pagarás la consulta.
Añádenos a tus contactos como metirtasl. Para más info haz clic aquí |